¿Disculpe puede decirme su nombre? – preguntó el doctor a lo
que yo solo me espanté.
N-no, - me miraron extrañados- no lo recuerdo – ¿Qué
ocurría? Mi cerebro se encontraba en blanco, no recordaba nada, edad vacía, nombre nulo, familia en blanco… nada,
no recordaba absolutamente nada de mí... ¿qué me ocurrió? , doctor y enfermera
se miraron unos minutos y anotaron algo en una libreta, comentándome que al día
siguiente realizarían unas investigaciones pero que ahora debía descansar, para
después sacar a los oficiales de la instancia. A la mañana siguiente me
llevaron en camilla a una sala con unos monitores y sensores que conectaron a
mi cabeza, para recurrir a procedimientos donde al parecer querían analizar qué
había pasado con mi memoria , los aparatos eran parecidos a unos audífonos muy
extraños, el doctor y la enfermera conectaron extraños cables desde mi dispositivo hasta las
pantallas.
Lamento las molestias, solo serán unos minutos- me dijo el
doctor tiernamente avergonzándome, no me había dado cuenta pero era más joven
de lo que aparentaba, solo que con sus gafas no podía notarse, tenía ojos
claros marrones y cabellera de igual color, se puso a teclear algo en el
monitor y pude ver los últimos acontecimientos que recordé esta mañana.
Fuego, disparos, gritos de hombres y mucha oscuridad, con un
control el doctor intentaba localizar algo más , y vio una insignia , una
flecha encerrada en un extraño triangulo , eso no lo recordaba, tras varios
forcejeos la pantalla se puso en blanco.
Al parecer sí que no tiene nada- dijo el joven policía
sonriendo socarronamente, por un comunicador del otro lado de una pared de
vidrio, como esas salas donde se graban música y así, me sorprendió pues no
pensé que regresarían después de ayer. Lo único que atine a hacer fue lanzarle
una mirada que si pudiera mandaría rayos, a lo que él me devolvió la socarrona
sonrisa y me hizo enfurecer más.
¿Qué es lo que ocurre conmigo? – pregunté tomando de la
manga de su uniforme al doctor, a lo que al parecer la enfermera se
molestó…celos, ¿dónde?, ahora que me fijaba también era joven, rubia de unos
¿20 años? Ojos muy oscuros y porte delicado.
Tampoco yo lo comprendo, al parecer no tienes ningún
recuerdo antes del accidente, sin embargo tus exámenes cerebrales muestran
correcto funcionamiento, todo debería estar bien en ti pero…por alguna razón –
miro extrañado mi cabeza mientras que con su mano daba suaves palmadas como si
de a un cachorro se tratase lo que me hizo avergonzar un poco, sobre todo por la molesta mirada de
la enfermera.
Los policías ingresaron a la sala dando por finalizada la
sesión y el mayor me comento algo que me alerto.
Ammm… señorita, lamento informarle que tendrá que
acompañarnos a las oficinas policiales – comentó tranquilamente.
¿Eh?- comenté algo alertada.
Tranquilícese por favor es para dar su testimonio, además
para buscarle un lugar donde quedarse, no puede vivir en un hospital por
siempre ahora que se encuentra bien ¿no? –menciono algo agraciado.
Emm…bueno… - dije levantándome de la camilla en la que me
encontraba.
¡Espera!..-mencionó el doctor mientras iba a un armario,
sacaba una mochila café y corrió a devolvérmela- Traje algo de ropa de mi
hermana ayer y una camiseta mía por si no te quedaba, es que ella es algo,
extravagante en cuanto a gustos de moda, y no sé cómo vistes así que…
bueno…ten- dijo extendiéndome las pertenecías y le sonreí tímida y agradecidamente
mientras me dirigía al cuarto de baño. No exageró cuando dijo que su hermana
tenia gustos extravagantes, encontré un polo manga cero y unos jeanes desgastados pero cómodos, pero
luego encontré…más que ropa parecían pedazos de tela que formaban algo que no
sé si se podía llamar ropa. Al fondo de la mochila encontré una camiseta sport
del doctor, era roja y azul, de diseño de cuadros y me la coloqué sobre el polo y quede presentable, lo que sea es
mejor que una bata de hospital, para completar mi conjunto me coloque unas
zapatillas de hospital que traté de tapar con el jean que me quedaba algo largo
así que quedó perfecto, para terminar me até una cola de caballo y quedé lista.
Salí del baño y me dirigí a los policías que estaban de espaldas a mí conversando
y noté que el joven estaba algo molesto.
Ya estoy lista, gracias por esperar, podemos retirarnos-
mencioné para que me notaran. Cuando se voltearon el policía mayor me sonrió
cariñosamente, pero el joven me quedo mirando de una extraña forma. Me despedí
del doctor amablemente con un abrazo y con algo de miedo de la enfermera que al
parecer estaba ‘’demasiado triste’’ por
mi partida, más bien creo que aliviada de que me alejara de su doctor. Acompañé
por el hospital a los policías hasta la salida e ingresamos a su auto, me senté
en el asiento de atrás donde supuestamente va el criminal y el joven que pensé
que iría al frente me acompaño en la parte trasera. El trayecto fue algo largo,
creo que incluso me quede dormida.
Desperté con esa sensación en la espalda de que te observan
y mire hacia arriba y vi el rostro pensativo del joven.
Al fin despiertas- me dijo mientras me miraba de abajo,
¿acaso yo me dormí sobre sus piernas?- te levantas por favor que pesas.
Rápidamente me acomodé en el asiento y el
me tendió algo – toma, encontramos esto contigo, te aferrabas a él como si tu
vida dependiera de ello – abrí un pequeño sobre amarillo y al abrirlo me
encontré con un hermoso collar con la forma del sol tridimensional y un logo
sobre ella, una W grabada finamente al parecer era de plata y de un trabajo
delicado y hermoso, rápidamente apareció ante mí una imagen como esos flash
back en las películas.
Recuerdo-------
Espero que con esto no me olvides nunca- decía un niño
tendiendo una cadenita
Claro que no tonto – decía una niña pelinegra de ojos color
miel tomando el collar y saltando a abrazar al muchacho.
Niños – gritaron dos mujeres corriendo ante ellos. Una de
ellas era igual a la niña y era sumamente hermosa, la tomo en brazos y la alzo con ternura y amor.
Hija mía…
Mi rostro encogido entre mis piernas se alzó
precipitadamente, mi acompañante me miro algo confuso, sudaba mucho y es que
ese recuerdo me golpeo el corazón… ¿acaso ella era mi madre?
Llegamos- menciono el policía moreno y salimos del vehículo,
ayudada yo por el más joven.
Gracias- dije mirándolo a los ojos en forma de
agradecimiento.
No hay de que- dijo sonriéndome- por cierto, soy Zmeya un
placer y tú eres…-dejo un espacio en blanco para que indicara mi nombre.
….-
Lo siento olvide que no tie…- interrumpido
Dime Sol – le mencione rápidamente.
Vaya con que al fin recuerdas tu nombre – menciono el
oficial Fernández.
En realidad no, pero este collar tiene esa forma así que me
aferrare a esa idea por ahora, hasta que recuerde quien soy- les dije
sonriéndoles.
Pues bienvenida a las oficinas policiales –