jueves, 11 de diciembre de 2014

¿Quién soy?

¿Disculpe puede decirme su nombre? – preguntó el doctor a lo que yo solo me espanté.
N-no, - me miraron extrañados- no lo recuerdo – ¿Qué ocurría? Mi cerebro se encontraba en blanco, no recordaba nada, edad  vacía, nombre nulo, familia en blanco… nada, no recordaba absolutamente nada de mí... ¿qué me ocurrió? , doctor y enfermera se miraron unos minutos y anotaron algo en una libreta, comentándome que al día siguiente realizarían unas investigaciones pero que ahora debía descansar, para después sacar a los oficiales de la instancia. A la mañana siguiente me llevaron en camilla a una sala con unos monitores y sensores que conectaron a mi cabeza, para recurrir a procedimientos donde al parecer querían analizar qué había pasado con mi memoria , los aparatos eran parecidos a unos audífonos muy extraños, el doctor y la enfermera conectaron extraños  cables desde mi dispositivo hasta las pantallas.
Lamento las molestias, solo serán unos minutos- me dijo el doctor tiernamente avergonzándome, no me había dado cuenta pero era más joven de lo que aparentaba, solo que con sus gafas no podía notarse, tenía ojos claros marrones y cabellera de igual color, se puso a teclear algo en el monitor y pude ver los últimos acontecimientos que recordé esta mañana.
Fuego, disparos, gritos de hombres y mucha oscuridad, con un control el doctor intentaba localizar algo más , y vio una insignia , una flecha encerrada en un extraño triangulo , eso no lo recordaba, tras varios forcejeos la pantalla se puso en blanco.
Al parecer sí que no tiene nada- dijo el joven policía sonriendo socarronamente, por un comunicador del otro lado de una pared de vidrio, como esas salas donde se graban música y así, me sorprendió pues no pensé que regresarían después de ayer. Lo único que atine a hacer fue lanzarle una mirada que si pudiera mandaría rayos, a lo que él me devolvió la socarrona sonrisa y me hizo enfurecer más.
¿Qué es lo que ocurre conmigo? – pregunté tomando de la manga de su uniforme al doctor, a lo que al parecer la enfermera se molestó…celos, ¿dónde?, ahora que me fijaba también era joven, rubia de unos ¿20 años? Ojos muy oscuros y porte delicado.
Tampoco yo lo comprendo, al parecer no tienes ningún recuerdo antes del accidente, sin embargo tus exámenes cerebrales muestran correcto funcionamiento, todo debería estar bien en ti pero…por alguna razón – miro extrañado mi cabeza mientras que con su mano daba suaves palmadas como si de a un cachorro se tratase lo que me hizo avergonzar  un poco, sobre todo por la molesta mirada de la enfermera.
Los policías ingresaron a la sala dando por finalizada la sesión y el mayor me comento algo que me alerto.
Ammm… señorita, lamento informarle que tendrá que acompañarnos a las oficinas policiales – comentó tranquilamente.
¿Eh?- comenté algo alertada.
Tranquilícese por favor es para dar su testimonio, además para buscarle un lugar donde quedarse, no puede vivir en un hospital por siempre ahora que se encuentra bien ¿no? –menciono algo agraciado.
Emm…bueno… - dije levantándome de la camilla en la que me encontraba.
¡Espera!..-mencionó el doctor mientras iba a un armario, sacaba una mochila café y corrió a devolvérmela- Traje algo de ropa de mi hermana ayer y una camiseta mía por si no te quedaba, es que ella es algo, extravagante en cuanto a gustos de moda, y no sé cómo vistes así que… bueno…ten- dijo extendiéndome las pertenecías y le sonreí tímida y agradecidamente mientras me dirigía al cuarto de baño. No exageró cuando dijo que su hermana tenia gustos extravagantes, encontré un polo manga cero  y unos jeanes desgastados pero cómodos, pero luego encontré…más que ropa parecían pedazos de tela que formaban algo que no sé si se podía llamar ropa. Al fondo de la mochila encontré una camiseta sport del doctor, era roja y azul, de diseño de cuadros y me la coloqué sobre  el polo y quede presentable, lo que sea es mejor que una bata de hospital, para completar mi conjunto me coloque unas zapatillas de hospital que traté de tapar con el jean que me quedaba algo largo así que quedó perfecto, para terminar me até una cola de caballo y quedé lista. Salí del baño y me dirigí a los policías que estaban de espaldas a mí conversando y noté que el joven estaba algo molesto.
Ya estoy lista, gracias por esperar, podemos retirarnos- mencioné para que me notaran. Cuando se voltearon el policía mayor me sonrió cariñosamente, pero el joven me quedo mirando de una extraña forma. Me despedí del doctor amablemente con un abrazo y con algo de miedo de la enfermera que al parecer estaba ‘’demasiado  triste’’ por mi partida, más bien creo que aliviada de que me alejara de su doctor. Acompañé por el hospital a los policías hasta la salida e ingresamos a su auto, me senté en el asiento de atrás donde supuestamente va el criminal y el joven que pensé que iría al frente me acompaño en la parte trasera. El trayecto fue algo largo, creo que incluso me quede dormida.
Desperté con esa sensación en la espalda de que te observan y mire hacia arriba y vi el rostro pensativo del joven.
Al fin despiertas- me dijo mientras me miraba de abajo, ¿acaso yo me dormí sobre sus piernas?- te levantas por favor que pesas. Rápidamente me acomodé en el asiento  y el me tendió algo – toma, encontramos esto contigo, te aferrabas a él como si tu vida dependiera de ello – abrí un pequeño sobre amarillo y al abrirlo me encontré con un hermoso collar con la forma del sol tridimensional y un logo sobre ella, una W grabada finamente al parecer era de plata y de un trabajo delicado y hermoso, rápidamente apareció ante mí una imagen como esos flash back en las películas.
Recuerdo-------
Espero que con esto no me olvides nunca- decía un niño tendiendo una cadenita
Claro que no tonto – decía una niña pelinegra de ojos color miel tomando el collar y saltando a abrazar al muchacho.
Niños – gritaron dos mujeres corriendo ante ellos. Una de ellas era igual a la niña y era sumamente hermosa, la  tomo en brazos y la alzo con ternura y amor.
Hija mía…
Mi rostro encogido entre mis piernas se alzó precipitadamente, mi acompañante me miro algo confuso, sudaba mucho y es que ese recuerdo me golpeo el corazón… ¿acaso ella era mi madre?
Llegamos- menciono el policía moreno y salimos del vehículo, ayudada yo por el más joven.
Gracias- dije mirándolo a los ojos en forma de agradecimiento.
No hay de que- dijo sonriéndome- por cierto, soy Zmeya un placer y tú eres…-dejo un espacio en blanco para que indicara mi nombre.
….-
Lo siento olvide que no tie…- interrumpido
Dime Sol – le mencione rápidamente.
Vaya con que al fin recuerdas tu nombre – menciono el oficial Fernández.
En realidad no, pero este collar tiene esa forma así que me aferrare a esa idea por ahora, hasta que recuerde quien soy- les dije sonriéndoles.
Pues bienvenida a las oficinas policiales –